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dilluns, 18 de juliol del 2011

Concierto de 'Sting' y 'La Orquesta Sinfónica del Vallès' en el festival de Cap Roig.

Sting. Simphonicity Tour 2011
16.07.2011
Festival de Cap Roig, Calella de Palafrugell
Promotor: Concert Studio

Tras cuarenta años de carrera musical, desde sus inicios en bandas con sonidos jazz, como pueden ser The Phoenix Jazzmen (quien uno de sus miembros pensó el famoso mote que luce aún hoy día) o The Newcastle Big Band, que llegó a tocar incluso en nuestro país, sus años al frente de The Police, banda que nació en la época dorada del punk y evolucionó hasta convertirse en un grupo productor de éxitos mainstream mundiales, sus años al frente de su propia carrera, bajo su propio nombre, que dio comienzo en 1985 con el disco “The dream of the blue turtles”, o sus coqueteos con la música clásica, difícil olvidar su disco “Songs from the labyrinth” de 2006, más una exitosa reunión para girar con sus viejos compañeros de banda, Copeland y Summers, no creo que le quedase otra cosa que hacer que reinterpretar sus viejos éxitos bajo el estigma sinfónico. Y eso es lo que Sting hizo el 13 de julio de 2010 al editar “Symphonicities” un álbum que recogía pequeños éxitos tanto de su carrera en solitario como de su banda The Police con unos arreglos sinfónicos cortesía de la Royal Philaharmonic Concert Orchestra. Una buena excusa para salir de gira con ellos. Y así se hizo.
            No hace ni un año, 29 de octubre de 2010, se presentó en la sociedad catalana, con un concierto en un Palau Sant Jordi dispuesto a disfrutar de su héroe. Algo que esa noche no se podía decir. Sí, en esta nueva ocasión, en el incomparable marco del Jardí Botanic de Cap Roig y ante unas 2200 personas, no contaba con la Royal Philaharmonic, su puesto lo ocupó La Orquesta Sinfónica del Vallès, OSV, y tampoco contaba con la aportación en la batuta de Steven Mercurio, su puesto lo ocupó Chelsea Timpton, algo más comedido en sus movimientos sobre el estrado que el interactivo Mercurio, pero los temas interpretados volvieron a hacer disfrutar a los pocos fans del músico inglés que había entre el numeroso público, que visto lo visto, parece ser que solo querían aparentar.
            Con un leve retraso dio comienzo el concierto, bajo los aplausos del respetable que aunque celebró la primera triada de temas, la policiaca “Every little thing she does is magic”, “If I ever lose my faith in you” y “Englishman in New York”, y explotó con “Roxanne”, bajo unos focos rojos, imitación a la calle del pecado, se mantuvo algo distante y frío en la parte final del primer set. Temas como la militar “Russians”, la melosa “Why should I cry for you?” o la delicada “Whenever I say your name” no despertaron el interés mayoritario del público, que ni tan siquiera en las primeras filas hacía uso de sus cámaras, por mucho que Dominic Miller, guitarra de Sting se acercase al límite del escenario con su guitarra. Junto a Miller, acompañaban de nuevo a Sting, la cantante Jo Lawry, el bajista Ira Coleman y Rhani Krija, percusionista endiablado que literalmente solo usa uno de sus brazos para ello, el otro lo mantiene constantemente tocando un cajón en el que se sienta tras su set percusivo.
            Por suerte la interpretación, magistral por otra parte de “Field sof gold”, un excelente tema pop seguida de una dinámica “Next to you” levantó el ánimo de los presentes, aunque los mayores aplausos se los llevase la frase que Sting en un más que aceptable catalán, leído, por supuesto, explicaba que tras ese último tema la banda se tomaría veinte minutos de descanso. El músico no utilizó su famoso bajo Fender Precision, y sí una guitarra, tanto eléctrica como española, con la que ofreció la sorpresa de la noche. Él solo con su pequeña guitarra española, un foco y un tema: “Message in a bottle”, coreado por el público como si de una liturgia se tratase. La única sorpresa de la noche.
            El resto de show, calcado al que había ofrecido el músico en su actuación en el Sant Jordi. Chaqueta para “Moon over Bourbon street”, aullido al final del tema, bailes divertidos, presentaciones de los músicos en sus solos, ya sea de su propia banda, o de la OSV, aunque estos no llegasen a entenderse lo suficientemente bien, palmas en la swing “She’s too good for me”, danzas arabescas en “Desert rose”…..y así hasta calcar, algo más corto, el concierto de hace un año. Pero eso no quitó para que los allí presentes, incluido un Nani Roma que no paró de bailar delante de mí, y que congregó incluso a políticos como Joseph Antoni Durán i Lleida o Joana Ortega, disfrutasen de un excelente músico, grandes canciones, algunas más conocidas por el gran público que otras, y una mágica aunque fría noche en la tierra de las habaneras. Antes del concierto paseamos por la playa de Port Bo para impregnarnos del sentimiento del pueblo, incluso visitamos el bar La Vieja Lola.
            Antes de acabar tengo dos ideas para llevar a cabo.
            La primera es directamente para Sting. Debería haber grabado al completo en clave sinfónica el disco “Synchronicity” de The Police y renombrarlo a “Symphonicity”. Interpretarlo al completo en vivo en la primera parte del concierto, y en la segunda abarcar su obra en solitario, incluyendo si quiere ese tema que cedió a Chris Botti para su disco “Night sessions” y que toca en esta gira. Hubiera cobrado más sentido esta jugada musical. Y la segunda es para los promotores del evento, que también lo son del Festival del Mil·leni que se realiza en Barcelona: por favor que actúe Robert Plant con su actual banda The Band of Joy en próximo año en el Palau de la Música Catalana. Gracias.
SALVA G.

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